GUILLERMO COSCOLLA / ESPÍRITU DEPORTIVO. El futbolista ha dejado de pertenecer al Real Zaragoza y jugará en el Lugo durante las tres próximas temporadas.
El director deportivo del Real Zaragoza, Narcís Julià, se encargó de poner el punto y final al “caso Gil” que fue sin ninguna duda el culebrón del verano. El futbolista se negó a realizar la pretemporada con el equipo aragonés, una vez terminada la temporada, y se declaró en rebeldía con el Real Zaragoza. En el día de ayer, el Lugo fue el único que se interesó por él y no le quedó otra opción que irse a jugar al equipo gallego.
“Sergio Gil no se presenta a la pretemporada porque entiende que el contrato que nosotros tenemos en vigor es ilegal. Ante eso, nosotros no podemos hacer nada más que esperar. Lógicamente, cada día que pasa está cometiendo, bajo nuestro punto de vista, una falta muy grave. Nosotros solo hemos podido estar a la expectativa de lo que pudiera ocurrir en el entorno del jugador porque si él piensa que está en su derecho de no pensar que nuestro contrato es legal en cualquier momento entendíamos que podía aparecer algún club”, explicó Julià.
En las últimas semanas, el Real Zaragoza recibió una llamada de un club de Segunda para interesarse sobre la situación de Sergio Gil y el director deportivo comentó que “tengo la percepción que ningún club, al menos de la Liga de Fútbol Profesional, quería arriesgar a entrar en un pleito con el Real Zaragoza porque a lo mejor pensaban que ese contrato tenía validez”.
Pero finalmente, el mismo día del cierre del mercado el equipo aragonés recibió una llamada del entorno del futbolista. “A las 09:00 de la mañana recibimos una llamada de alguien relacionada con su agente, no de su agente, en la que nos hacía llegar la preocupación de que el chico no encontraba equipo y que sería bueno que se incorporara”, argumentó el director deportivo.
Tras la petición del entorno del jugador de si podía reincorporarse al equipo, la respuesta de la dirección deportiva fue “comunicarle que la primera cosa que había que hacer, para que nosotros nos planteáramos alguna situación, era que firmara el contrato profesional que en su momento ya le fue requerido y que en su momento él dejó bien claro que era ilegal. Llegamos a un acuerdo para firmar ese contrato y fue jugador del Real Zaragoza, con ficha profesional, durante unas horas”. A continuación, matizó que “a pesar de hacer valer nuestros derechos y que al final él había reconocido que nosotros teníamos ese derecho, no era un situación buena que él continuara aquí. Con las actuaciones que tuvo Sergio entendíamos que su implicación en el proyecto no era adecuada”.
Con la negativa del club de incorporar a Sergio Gil en sus filas, la única opción que le quedaba era la de jugar en el CD Lugo: “Creemos que no era adecuada su incorporación al equipo y por eso recuperamos un contacto de hace unos días con el CD Lugo en el que había mostrado interés por un jugador nuestro y pensamos que les podía interesar esta situación. Encontramos buena respuesta, buscamos una buena correlación entre la defensa de nuestro intereses y una situación deportiva en la que no veíamos sentido que se incorporara con el equipo. Tuvimos la suerte de encontrar un club que nos ayudara a resolver una situación que para nosotros hubiese sido muy incómoda. Sergio Gil firmó el contrato que nosotros entendíamos que era legal y fue traspasado al Lugo”.