ESPIRITU DEPORTIVO. Mejor, imposible. No se puede pedir otra cosa al CAI Zaragoza (77-86) cuando se levantaba el telón de la Liga Endesa 2013-14, y obtener un triunfo en una de esas canchas malditas para romper ese mito de no vencer nunca en el País Vasco.
El equipo de José Luis Abós evidenció que la pretemporada es una historia y el baile de la Liga Endesa otra. El CAI Zaragoza, en plena construccion y sin tiempo para conjuntarse todo lo que deseaba su entrenador, dejó la evidencia de que la conexión georgiana será una compañía de tronío para el bloque sólido que la temporada pasada ejerció de mejor club de basket de España. Una forma excepcional de celebrar el día del Pilar.
Arrancaba el choque con un equipo caísta concentrado y, merced a la actitud, se asentaba bien en cancha. Con un acierto en triples digno de mención, tomaba la delantera abrigado por los rebotes ofensivos (5 en el primer tramo). La pareja de georgianos y Pere Tomàs eran las claves del inicio prometedor. Mumbrú, duda hasta última hora en los locales, era el respiro de los bilbaínos. Las rotaciones no bajaron la intensidad ni la inercia, con la versión guerrera de Jones y el relevo perfecto de Tabu a Llompart. La máxima ventaja 16-24 teñía de rojo el encuentro. Un Sanikidze muy inspirado -8 puntos- ponía por delante a los rojillos en un cuarto en el que el CAI se iba por delante 23-27 gracias al 5 de 7 en triples.
El CAI Zaragoza se encontraba cómodo en Miribilla y abría el segundo acto con igual acierto. El pase extra permitía el triple de Rudez para el 23-30 y mantener la diferencia. El croata, sin embargo, con su segunda falta en la siguiente acción se fue al banquillo. Se sumó también Jones a la fiesta del triple -llegaron al 71%- y firmar el 25-33 (min.12). Por dentro, Shermadini sacó la segunda a Germán Gabriel para el 28-36. Pere Tomàs, valiente sumaba por dentro igual que Shermadini (32-40). El cuarto era para saborearlo. La conexión georgiana tomaba relevancia y Shermadini se antojaba determinante con sus brazos largos y manejando el cuerpo cerca del aro, arrollando a sus rivales. El 38-50 a un minuto para el descanso resumía todo lo bueno que había puesto en escena el equipo de José Luis Abós.
La salida tras el descanso con un 4-0 apretó el marcador con una desventaja en el emparejamiento Stefansson-Mumbrú. Rudez sumó la tercera falta y Mumbrú la segunda canasta (48-52) aunque Sanikidze sacó petróleo para sumar desde el perímetro y luego Shermadini con un mate elevar el 50-57. Bilbao siempre es mal rival en su cancha (14-7 de parcial) y no rebló hasta empatar a 59 el choque mediado el tramo. La persecución en el marcador se quebró con el susto por el golpe de Llompart en la cabeza. Tabu con sangre fría sumó para dejar el tercer acto en franquicia para los aragoneses.
Jones, silenciosamente, era el elemento clave en el arranque del último tramo, jugando entre pivots y asistiendo a Shermadini (66-72) y mientras Tomàs aplicaba las contras letales. El juego se trababa con constantes faltas pero los de Abós tenían a Roll para sellar el 2-8 de parcial y forzar el tiempo de local (min.33) con 66-76. Llompart regresó a cancha, mientras Mumbrú y Gabriel eran las bazas locales para revertir el asunto. Pero el rebote defensivo del CAI era poderoso y en ataque, además, Jones tenía hambre con un mate espectacular (68-78). Algunas lagunas en rebote defensivo caísta dieron algo de oxígeno a los vascos a 3 minutos del desenlace (72-78). Shermadini estaba atento para rectificar errores en la otra canasta, un triple de Roll puso el 72-83 (min.37) y un 2+1 de Rudez acabaron por sentenciar una victoria histórica. Y esto solo ha hecho que comenzar.
Fuente: CAI Zaragoza